Descripción del proyecto
Siempre que me llega una botella de vino, o un lote entero de botellas de una bodega, me llama la atención alguna botella o el diseño utilizado en su etiqueta, los colores o la forma de la botella. En muchas ocasiones me llama la atención la calidad del vidrio utilizado. Con forme pasan los proyectos por el estudio, me voy volviendo todo un experto fotógrafo en vidrios de botellas de vino. Parece una tontería, pero nada de eso. Cada botella tiene un tono diferente de botella, una textura, un acabado más o menos perfecto y eso se nota en cómo se comporta la luz.
Tengo la suerte de poder contar con clientes del sector vitivinícola de todo tipo. Desde pequeñas bodegas con dos o tres referencias, hasta grandes bodegas que exportan sus vinos por todo el mundo con infinidad de marcas y referencias. O bodegas de otros continentes, que quieren que les realice una fotografía a sus variedades de vino de otra forma diferente. Eso para mi es una experiencia única como profesional, trabajar con ellos y sentir, que de alguna manera marcamos la diferencia. Y un orgullo, ya que hay un sin fin de grandes profesionales fotógrafos que sin duda lo realizarían muy bien.
¿Hay amor a primera vista con las botellas de vino? Sin duda. Con algunas de ellas, aunque las bodegas me inviten a quedarme sus botellas para degustarlas, hay botellas que no puedo, las guardo porque desearía seguir fotografiándolas un poco más. Con esta botella que hoy os muestro, me es imposible abrirla. Aún sabiendo, que su vino es excepcional, y que, posiblemente tenga pocas oportunidades de degustar un vino similar, esta botella forma parte de esas botellas a las que llegas a admirar. ¿Fetichismo a lo que fotografío? No siempre, pero en este caso sí.
Cuando un cliente acepta un presupuesto de fotografía, sabe que su botella saldrá bien, sin sorpresas. Su botella estará de frente, con un fondo blanco o negro, liso y poco más. Pero cuando un cliente te dice: ¡Haz grande mi producto, hazlo como sientas que debe ser! Eso, en cualquier proyecto o trabajo es extraordinario.
No fue difícil fotografiar una botella como esta, aunque llevo mucho tiempo y el estudio giraba en torno a esta botella. Cada ajuste de luz, se acomodaba perfectamente a la caja, perfectamente al reflejo en la botella.
Con una decena de disparos y varias horas de trabajo, ya teníamos prácticamente el trabajo finalizado.